Como profesional de Social Media, es mi deber estar actualizada en todo lo que concierne a políticas de uso, protocolos, funcionamiento de logaritmos y procedimientos en campañas publicitarias y promocionales en Facebook.
Por lo general, acepto de buen grado las reglas del juego, y las cumplo a rajatabla entendiendo que están pensadas para un mejor uso y provecho de esta red en particular. Sin embargo, eso no quita que muchas de ellas no impliquen más que obstáculos para los community managers ya que se ven justificadas sólo en el lucro de los accionistas de la empresa de Zuckerberg o, a veces, no se justifican en absoluto.
LAS PORTADAS
Esta regla me fastidiaba bastante, ya que, desde que supe que Facebook implementaría las portadas, no hacía más que planear estrategias de comunicación y publicidad para sacarles un mejor provecho, y nunca le vi el sentido a las posteriores restricciones sobre texto, llamadas a acción, promociones e información de contacto en su diseño (salvo en un sentido estético, que cualquier buen profesional sabría resolver).
Por suerte, finalmente podemos empezar a diseñar portadas con verdadero valor para las páginas comerciales, ya que en los últimos días -y luego de casi un año-, Facebook se echó atrás con estas restricciones. Ahora podemos incluir todo lo anterior siempre y cuando no supere el 20% del espacio en la misma.
CONCURSOS Y SORTEOS
De acuerdo con las normativas de Facebook, el registro o participación del usuario en la promoción no pueden depender de que éste realice acciones en ninguna función de Facebook tales como indicar que le gusta una publicación, o comentar o subir una foto en un muro. La alternativa que nos da esta red son las aplicaciones.
Sin embargo, la aplicaciones pueden implicar más de un obstáculo en varios sentidos:
- Por más simples y “amigables” que se diseñen, muchos usuarios aún no saben cómo acceder a ellas ni cómo usarlas. Llamémoslo limitación tecnológica o generacional… el caso es que existe.
- Los usuarios reconocen que ingresar a la promoción a través de una aplicación equivale a brindar datos personales. Por miedo al spam, muchas personas directamente eligen no participar en el concurso o sorteo.
- Los elevados costos de las aplicaciones muchas veces no justifican la rentabilidad de la acción promocional. Por otro lado, las aplicaciones gratuitas, no sólo no son visibles desde dispositivos móviles (lo que nos limita a una gran porción de nuestro público objetivo) sino que también muchas veces conllevan una carga visual de publicidad de los desarrolladores que da una muy mala imagen a la marca.
LOS POSTEOS
Atrás quedaron los tiempos felices en que los community managers nos valíamos sólo de nuestra creatividad para generar engagement con nuestros posteos. Hoy, no sólo se trata de ganarle al algoritmo de Edgerank, sino que también debemos luchar contra una especie de canilla casi cerrada que sólo se abrirá en consonancia con lo que estemos dispuestos a pagar.
Algunos puntos a tener en cuenta:
- Si no estamos pagando ninguna campaña, nuestros posteos sólo se verán en el muro de noticias de un 15% promedio del total de nuestros fans.
- Los posteos -no promocionados- que sólo poseen texto, generan más alcance pero menos acciones por parte de los usuarios. Una buena estrategia es aplicar preguntas o call to actions.
- Los posteos -no promocionados- que contengan imágenes, pierden en alcance pero ganan en acciones por parte de los usuarios. Sirven más que nada para fidelizar a los que ya son fans, pero si tenemos la suerte de crear una imagen muy llamativa, esta podrá viralizarse a través de compartidos.
- Los posteos -no promocionados- que contengan sólo links, son los que más pierden en alcance y acciones. Está claro que Facebook quiere que paguemos si es que deseamos llevar a los usuarios a sitios webs específicos. En este caso, la mejor opción es acompañar el post con una imagen (no conformarse con la miniatura del link) y no pasarse de 2 o 3 líneas en el post para que el enlace quede visible de una sola pasada.
Como ven, en este post he marcado distintos obstáculos de Facebook, uno superado y, el resto, fácilmente solucionable con sólo abrir la billetera. Sin embargo, en contextos económicos y hasta culturales que no ayudan a incrementar presupuestos en lo que concierne a nuestra profesión, creo que con un poco de creatividad y estrategia, toda limitación puede resolverse.
¿Qué otras soluciones aportarías a estos “inconvenientes” en la red de redes?
(este post fue publicado originalmente en www.locosdelsocial.com.ar)
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